Cuadernos 523

Lecturas, Cuadernos hispanoamericanos, nº 523, enero de 1994, pp.130-133

  • Escenarios. Santiago Sylvester. Madrid, Editorial Verbum, 1993.

Escenarios, el último libro de poemas del argentino Santiago Sylvester -recientemente galardonado con el premio «Jaime Gil de Biedma de poesía»-, aborda el tema de los límites en la construcción del espacio poético. Como el propio autor afirma en el prólogo de Entreacto, toda reflexión sobre qué es la poesía es inútil puesto que tiene una base inestable. Sin embargo, no carece de sentido preguntarse dónde está la poesía. EI libro ensaya una respuesta y esto implica un proceso de búsqueda en el cual el autor va organizando con la mirada ese caos o dispersión de imágenes que 1o asaltan. Su problema consiste en hallar el hilo invisible que une los opuestos y que tiende puentes entre la realidad y su apariencia.

En Escenarios el poeta se nos presenta en ocasiones como un espía oculto en un punto desde donde puede ver la representación y a los espectadores. Sin juicios morales y sin certezas, nos ofrece una visión fragmentada de la realidad. Porque, consciente de que toda mirada es una distorsión, Sylvester solo puede expresar su desconcierto y sus dudas acerca de la existencia.

Como el objetivo de una cámara, los ojos recorren la escena, separados del sujeto, carentes de todo sentimiento: «un par de ojos mira a la figura central/ o bien se desentiende sin que podamos evitarlo/ ¿Por qué mira,/ por qué se desentiende?». El poema no responde a esa pregunta, pues la idea que desarrolla es que la vida no necesita argumentos para justificarse. La gaviota busca su rumbo aunque no pensemos en ella. El caballo muerto se hamaca en la rompiente, sirviendo de alimento a la fauna acuática, nos dice en La siesta.

Para el autor de Escenarios todas las cosas actúan en monótona armonía y solo sirven de pretexto a la siesta del universo. De modo que los seres y las cosas son una forma de expresión de la vida. Sustancias como el ají, la sémola, la pimienta, la papa o el pastel de choclo, respiran, son, están en el mundo y su función es activar el tejido vital. Asimismo habitan con nosotros las jarras, las macetas, las sillas, 1os escritorios o las ventanas, objetos que, dispuestos de una manera 1ógica, constituyen el rincón donde se acomoda la existencia.

En medio de ese vasto universo a los seres humanos les corresponde el papel de actores de paso: la mujer que plancha, el hombre de la pala, el que golpea la mesa, el que toma el sol, el que riega las plantas. Todos ellos representan su papel, mientras son jóvenes, porque cuando la juventud acaba, dice el poeta, «ya no somos capaces de representar un personaje».

Otro de los temas recurrentes en la poesía de Sylvester es la percepción del yo escindido. La sospecha -muy borgiana, por cierto- de que otro nos habita y actúa en nuestro nombre se manifiesta en Un caso común: «Que puedo decir de este hombre que ocupa mi lugar» o en Espejo: «ese hombre que me mira! no soy yo ni es mi reflejo». Tal duda contagia al poeta y cuestiona a fondo la eficacia de su papel en el escenario del mundo. Duda que él resuelve en Palabras: «No se trata de juntar palabras sino significados: la/ persistencia de alguien que acaso sea yo». Hallar significados en un mundo sin argumentos puede ser, en consecuencia, la finalidad del poema.

Sylvester busca ese punto de mira donde se puede saber «si el puente es un comienzo o un final o un vínculo». Por tal razón, el tema de los límites resulta extremadamente complejo. Tal vez uno de los poemas ayude a resolver el dilema que las poéticas aun no han resuelto: «El problema son los límites:/ saber dónde acaba la belleza y empieza/ su falsificación,/ dónde el argumento se convierte en sospecha/ de que no es posible convencer a nadie». Precisamente de esa infinita desconfianza se alimenta la poesía de Sylvester.

Dónde parece ser la eterna pregunta que se nos plantea, porque el poema responde con interrogantes. ¿Dónde están los límites entre 1o poético, entendido como belleza y 1o no poético entendido como su falsificación? Tampoco podemos determinar el adentro y el afuera, ni 1o que existe y 1o que ya no existe, ni el punto donde el ser acaba y empieza su sombra como una vaga y casi inexistente proyección. Tal vez el espacio poético está justo en el umbral, en los límites entre 1o que vive y su representación. Quizás Emily Dickinson ya 1o había sospechado. Por eso no es gratuito que Sylvester haya elegido uno de sus versos como epígrafe del libro, para definir la poesía: «El impenetrable puente/ que sostiene 1o que no vemos/ en la escena que no vemos».

  • El corazón de un poeta. Enrique Santos Molano. Bogotá, Nuevo Rumbo Editores, 920 páginas

Esta biografía de José Asunción Silva no es solo un intento por explicar las circunstancias de la muerte del poeta colombiano. Es también la biografía de un país marcado por los intereses de una clase política formada par comerciantes usureros, resistentes al progreso y ajenos a las necesidades del conjunto de la sociedad.

Santos Molano, sin duda un minucioso investigador, se remonta hasta los orígenes familiares de Silva. Descendientes de los masones que Luis XVI expulsara de Francia, y de Francisco de Paula Santander, detrás de los Silva hay próceres y sociedades secretas. Intrigas políticas, procesos judiciales, traiciones y chismes de parroquia, en los que se ve involucrada la familia, marcarán el destino del poeta.

Santos Molano se apoya en una extensa documentación -que contrasta, refuta o aclara a lo largo del trabajo--, partidas de nacimiento, artículos de periódico, correspondencia, memorias, etc. Su objetivo es sustentar la tesis de que Silva fue asesinado. El posible culpable: Hernando Villa, hijo de un prestamista que años atrás había ejecutado en los juzgados a José Asunción. El interés del autor es desvirtuar los tópicos en los que se apoyan quienes nos presentan la leyenda del suicida. Dichos tópicos son: la depresión que le causaba el anonimato al que lo condenó la sociedad bogotana, la ruina de su fábrica de baldosines, la inferioridad de su medio frente a sus aspiraciones de grandeza y los amores incestuosos por su hermana Elvira.

Santos Molano ejerce de abogado de la defensa, más que de sociólogo o crítico literario. Quizá su incondicional admiración por Silva y su afán desmitificador expliquen algunas de sus imprecisiones conceptuales. Para Santos Molano, Silva no es modernista porque era «un poeta pensador», pues, a su juicio, el modernismo no agitó ideas ni aportó elementos útiles para el cambio social. Tal vez el autor ignora que el ensayo fue uno de los géneros más frecuentes entre los modernistas y que este género se proponía ante todo agitar ideas. Pese a estas lagunas teórico-criticas, su original interpretación de las Fuentes documentales constituye sin duda un valioso aporte e invita a revisar 1o que hasta ahora se ha escrito sobre el autor de Gotas amargas.

  • Nadie encendía las lámparas. Felisberto Hernández. Madrid, Cátedra, Col. Letras Hispánicas, Edición de Enriqueta Morillas, 1993

Entre el modernismo y la vanguardia, este «raro» escritor fue, por los años veinte y treinta, un conocido músico y pianista de cartel en Buenos Aires y Montevideo. Nadie encendía las lámparas, libro que en su momento significaría la consagración de su autor, es el conjunto de cuentos mas logrado, dentro de su universo narrativo. Admirado por García Márquez, Rulfo y Cortázar, Felisberto Hernández es considerado como uno de los fundadores de la modernidad en América Latina.

Este conjunto de relatos, explica Enriqueta Morillas, culmina el universo ficcional de Felisberto Hernández, representante de una estética antirrealista que abre paso a un marcado extrañamiento frente a las convenciones sociales y el curso normal de los hechos y su interpretación habitual. En ellos se profundizan las propuestas sinestésicas del modernismo, al combinar sonidos, olores y efectos visuales dejando que el ritmo interior subjetivo del músico y el escritor guíe el mundo de los objetos y los actos.

  • Neruda-De Rokha, la escritura total. M. A. Jofrey N. Nómez. Santiago de Chile, Ediciones Documentas-Ediciones Cordillera, 1992, 214 páginas

Este trabajo aborda la obra poética de los chilenos Pablo Neruda y Pablo de Rokha, en quienes se plasma una vertiente fundamental de la poesía latinoamericana contemporánea, la de las vanguardias que se independizan de la influencia europea.

El libro abarca tres momentos decisivos en la vida de los poetas en cuestión. En la primera época, que va de los años veinte a los treinta, se analizan la poesía «romántico-modernista» y «romántico-anarquista» de Neruda y Rokha, respectivamente, y se explica su universo poético desde la estética vanguardista y surrealista. En la segunda época, que va de los años treinta a 1os cincuenta, se analiza la influencia del realismo social, en Neruda, y de la lírica popular, en Rokha. En la tercera época, que abarca los años cincuenta y setenta, se abordan temas como el estoicismo apolíneo en la obra póstuma de Neruda y la poesía como totalidad de 1o real en Rokha.

En las memorias de estos dos poetas, tanto como en su obra póstuma, los autores señalan interesantes puntos de encuentro y diferencias fundamentales. En Neruda, afirman los autores, la armonía sintética entre la vida y la muerte lograda en su vida y obra, se manifiesta en una vuelta al seno materno, simbolizado por la imagen del mar. En Rokha, en cambio, perdura la del fuego purificador que aniquila, pero que, a partir de sus cenizas, produce también una regeneración diferente.

  • Huellas del actor en peligro. Pedro Sorela. Madrid, Alfaguara, 1991, 206 páginas

En una finca del altiplano andino un actor se encierra a escribir. Ha llegado allí para participar en el rodaje de una película. Pero la realidad de un país de enormes contradicciones 1o envuelve en una trama cada vez más compleja y oscura. Tal situación contrasta con un asombroso paisaje, donde el sol no hace sombra, y con una naturaleza caprichosa que envía lluvias interminables.

Tres de Marzo y Todos los Santos son los escenarios de la historia, espacios cambiantes de una aventura donde la realidad y la ficción se confunden. Manifestaciones, muertos e incendios agravan la situación política del país e interfieren en el rodaje de la película. Huellas del actor en peligro es una visión, desde el asombro y el desconcierto, de la convulsa realidad política y social latinoamericana.

Sorela, autor también de Aire de mar en Gador, construye a lo largo de la narración la amplia metáfora del viaje y de la ficción del regreso, que es también la del mestizaje, afirmando así su innegable individualidad como escritor.

  • Una visión de América, la obra de Germán Arciniegas desde la perspectiva de sus contemporáneos. Varios. Compilación y Prólogo de J. G. Cabo Borda, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1990, 454 páginas

Considerado como uno de los ejemplos literarios y periodísticos mas fulgurantes de nuestro siglo, Germán Arciniegas nos ha ofrecido siempre una visión enriquecedora y matizada de América. Nacido en Bogota en 1900 el autor de Biografía del Caribe ha publicado hasta ahora más de media centenar de libros, en los que pone de relieve a nivel internacional, primero el nombre de Colombia y el de América, desde Canadá hasta la Patagonia. Asimismo ha sido un impulsor de la interacción entre Europa y América, abriendo polémicos diálogos, enfatizando siempre lo que América aportó al mundo occidental.

En la presente edición, Juan Gustavo Cobo, su biógrafo y compilador, selecciona un interesante material que incluye artículos sobre Arciniegas, de autores colombianos como Hernando Téllez, Pedro Gómez Valderrama y Eduardo Caballero Calderón, entre otros; de extranjeros, como José Vasconcelos, Luis Alberto Sánchez, Guillerrmo de Torre, Enrique Anderson Imbert y Harry Levin, entre otros.

Entre los autores seleccionados se completa la imagen de un notable escritor, objeto de simpatías y de rechazos. Esto último es curioso, afirma Cobo Borda -refiriéndose a Arciniegas-, pues hay en torno suyo una palpable incomodidad: la de quien no resulta fácil de clasificar. ¿Periodista o historiador? Tal vez no tenga sentido formularse esta pregunta porque Arciniegas es antes que nada uno de los más agudos ensayistas latinoamericanos.

  • Les figures de I'autre. Varios. Toulouse, Edition de Michele Ramond, Presses Universitaries du Mirail, Collection Heperides, 1991, 206 páginas

El otro, ese ser mental que desde hace aproximadamente cincuenta años el psicoanálisis ha redescubierto, analizado y problematizado, es objeto de reflexión por parte de destacados escritores y críticos literarios. ¿Quién es ese otro?, se pregunta Michele Ramond en la introducción de este trabajo. Es aquel que se engalana y mira con desprecio al que se refleja en el espejo: ese otro inferior, apocado y relegado.

El libro abre el tema con un texto de Roa Bastos, «La escritura secreta de las tachaduras» donde el autor paraguayo rinde homenaje a quienes hicieron posible esa invención primera de la inteligencia, en función expresiva: «la escritura que dota de memoria a la palabra hablada, dio refugio a la memoria del mundo y nos permite conocer qué cosa es la esperanza [ ... ]».

Asimismo incluye, entre otros, un artículo en torno al Quijote de Avellaneda, donde se aborda el tema del enfrentamiento de Don Quijote con su doble, un caso en el que la literatura constituye la exacta proyección de las estructuras del imaginario. De Borges se comenta un texto, «El enigma de Edward Fitzgerald» donde se muestra la extraña cohabitación de dos hombres a primera vista muy diferentes, un persa del siglo XI dedicado a las ciencias y a las matemáticas, y un melancólico lector inglés del siglo XIX entregado a la literatura.

  • Erótica y poética del siglo XX. Jorge Zalamea. Edicion de Carlos Vasquez Zawaszki, Cali, Centro Editorial Universidad del Valle, 1992, 208 páginas

Los textos incluidos en este volumen son conferencias sobre las relaciones entre poesía y eros, religión, política, cotidianidad y circunstancias, que Jorge Zalamea dicta a los profesores de la Universidad del Valle en 1969.

Jorge Zalamea (Bogotá, 1905-1969), poeta, periodista, ensayista, dramaturgo, diplomático y Premio Lenin de la Paz en 1968, es quizá quien mejor encarna la visión universal de la cultura entre los intelectuales colombianos de su época, precisamente porque esta es consecuencia de su sensibilidad frente a la realidad social de su medio.

Traductor de Saint-John Perse, Zalamea forma a una generación de escritores y poetas colombianos que rompieron con la tradición. El sueño de las escalinatas, la más conocida de sus obras, constituye una infinita retorica que remite a las literaturas de todos los tiempos, clásicas y modernas. En esta conferencia viaja a través de los principales textos creadores y temas poéticos de la modernidad: T. S. Eliot, R. Desnos, S. 1. Perse, F. García Lorca, P. Neruda, B. Pasternak y A. Mutis.