La semilla de la ira

Inspirada en la vida del controvertido escritor modernista, José María Vargas Vila, el escritor más leído en lengua española de su época, esta novela reinventa al personaje, recreando el enigma de quien habló demasiado de sí mismo, pero nada contó de su vida. Vertebra el relato el diario del propio escritor, cuyos fragmentos recuperó la autora para una edición (Diario secreto), así como la cronología y la historia latinoamericana, desde su visceral ataque al despotismo y el fanatismo dominantes. Situada entre 1899 y 1933, la virtud de esta novela, recibida como una acontecimiento literario, es haber recuperado para el presente la escritura modernista y ofrecernos el testimonio de un exiliado cosmopolita. Narrada en primera persona, nos habla de los afanes del personaje, de sus sueños y de la nostalgia de la patria perdida, a la que regresa en un viaje ficticio. Pero además, del perfil del escritor que pudo haber sido Vargas Vila, la autora recupera la estética decadentista decimonónica que nos permite vivir con intensidad la "belle èpoque", con su atmósfera, su colorido y su musicalidad. Vargas Vila regresa, entonces, para recordarle a los lectores que las formas artísticas son eternas y que la historia de América es cíclica, por cuanto sus virulentos ataques a la intolerancia y la codicia de los poderosos, cobran en la actualidad una vigencia inusitada.