Cuadernos 568

América en los libros, Cuadernos hispanoamericanos, nº 568, octubre de 1997, pp.126-130

  • El cojo bueno, Rodrigo Rey Rosa. Madrid, Alfaguara, 1996, 124 págs.

El secuestro con sus implicaciones sociales sirve de argumento a esta breve e intensa novela que capta con acierto la brutal realidad de un país como Guatemala, lugar donde ocurren los hechos. La víctima, hijo de un acaudalado hombre de negocios, es mutilada por los verdugos, que en otro tiempo fueron sus compañeros de infancia. De este modo, Rey Rosa (Guatemala, 1958) llama la atención sobre la violencia que se filtra en un cuerpo social corrupto donde valores como la amistad y la solidaridad no tienen lugar.

El tema de la violencia ya había sido planteado por el autor en Cárcel de árboles, aunque este relato delirante se centraba en los efectos de la dictadura sobre los disidentes que se convierten en esclavos sin entendimiento, incapaces de poner sobre el papel sus pensamientos. En El cojo bueno, en cambio, la escritura es ineficaz, porque no conmueve al padre de la víctima y es preciso recurrir a medios más contundentes como la mutilación, para despertar su compasión.

En un estilo ágil, con diálogos tan escuetos como eficaces, el autor recrea los sentimientos que oprimen a sus personajes, traición, desconfianza, rencor, amor, hasta llegar a la reconciliación con el enemigo, cuando la víctima descubre que en su mente no hay lugar para la venganza. Todo esto en el entramado de una estructura circular que involucra al lector y lo envuelve en sus complejos planteamientos, poniendo de manifiesto su pulso narrativo cada vez más firme.

  • Apariciones, Margo Glantz, México, Alfaguara, 1996, 126 págs.

«La escritura y la sexualidad se ejercen siempre en espacios privados y por ello mismo susceptibles de violación, espacios secretos, sí, espacios donde se corre un riesgo mortal». Esta afirmación de la autora define en una buena parte sus preocupaciones en esta obra: la intima relación entre el cuerpo y la escritura y la dificultad de trazar los límites del deseo. Apariciones, un texto fragmentario que puede ser leído como una novela de amor contada dos veces, explora el espacio de 1o sagrado y en lo profano, juntando dos realidades escindidas falsamente por la cultura occidental.

Margo Glantz (México, 1938) es conocida por una nutrida obra ensayística que, desde los planteamientos de Barthes y Bataille, explora las posibilidades de la escritura en la construcción del sujeto femenino. Entre sus ensayos destacan Borrones y borradores, un conjunto de reflexiones sobre la literatura colonial, y Esguince de cintura, ¿Sor Juana Inés de La Cruz, hagiografía o autobiografía?

En esta novela, la autora sigue una tradición que intenta verbalizar lo inexpresable, la comunión entre el amor carnal y la ascesis, los imprecisos y peligrosos limites del deseo ante los cuales el espíritu humano se expone a los más sorprendentes impulsos. Así configura el espacio narrativo de una intima e imposible contradicción: la cercanía entre la carne y el espíritu que de ninguna manera son incompatibles, pues el amor puede escribirse en los cuerpos de los pecadores como en el de los santos.

  • Borges en Mallorca, Carlos Meneses. Altea, Alicante, Ediciones Aitana. 1996, 117 págs.

Las dos estancias de Borges en Mallorca durante la visita que su familia hizo a Europa, entre 1914 y 1921, no llegan a quince meses, pero le bastaron al poeta para integrarse al ambiente intelectual de la isla, dejando entre sus conocidos la imagen de un hombre vivaz, sociable y entretenido.

Carlos Meneses, poeta y novelista peruano residente en la isla desde 1964, rastrea las huellas de estas dos visitas que tanto tuvieron que ver en la formación del joven Borges, a través de su correspondencia, sus Autobiographical notes, o de los testimonios de biógrafos como Alicia Jurado y Horacio Salas.

Meneses traza los puntos de un itinerario en el que Jacobo Sureda (1901-1935), anfitrión de artistas y bohemios como Rubén Darío, es un punto de referencia importante, así como su refugio en la mítica Valldemosa, la estancia de la familia en el hotel «Continental», las primeras amistades: Juan Alomar y Miguel Colomar, sus clases de latín, sus colaboraciones en la revista Baleares y la respuesta de los críticos ante la publicación del «Manifiesto ultraísta», publicado en la misma revista el 15 de febrero de 1921. Del mismo modo, el autor explora otros aspectos de este viaje sentimental, su posible amor por Elvira Sureda, que quizás inspira algunos de los versos de su poema «Mallorca».

Para los amantes y estudiosos de Borges este libro constituye sin duda un punto de apoyo interesante, con sus notas al margen, ilustraciones, fotografías y reproducciones de algunos manuscritos, como la carta enviada a Sureda en octubre de 1920 y la traducción de un poema de Wilhelm Klemm.

  • Máscaras, Leonardo Padura Fuentes. Barcelona, Tusquets, 1997, 233 págs.

El seis de agosto, día en que la Iglesia celebra la transfiguración de Cristo, el policía Mario Conde encuentra en un tupido bosque de La Habana el cuerpo de un travesti con un lazo de seda rojo alrededor de su cuello. Lo que podría ser una amena recreación del género policiaco con su riguroso orden de elementos tejiendo la trama: la víctima, el policía, los sospechosos y una compleja red de indicios o de pistas que conducen a mundos insospechados, se convierte en el desenmascaramiento de un régimen corrupto cuya hipocresía frente al tema de la homosexualidad, tan polémico en los primeros años de la década de los setenta, desencadena una arbitraria persecución de la conciencia crítica de la sociedad.

Leonardo Padura Fuentes (La Habana, 1955), pese a ser reconocido internacionalmente por su obra ensayística y novelística, era desconocido en España, hasta la obtención del Premio «Café Gijón de novela» en 1995 con Mascaras, su cuarta novela, que es parte de una tetralogía titulada Las cuatro estaciones. La obra que nos ocupa, de algún modo es un homenaje a figuras como Virgilio Piñera, cuyo personaje dramático Electra Garrigó se convierte en una de la claves de la novela, así como a la memoria de intelectuales como Lezama Lima, Eliseo Diego, y Severo Sarduy, tan estrechamente vinculado a la experiencia parisina de algunos cubanos y, naturalmente a Antonin Artaud cuyo teatro de la crueldad es censurado por aquella política cultural, que pretendía erradicar los vestigios de la vieja sociedad y hacer un arte al servicio de la construcción del socialismo.

Entre el género policíaco y la tragedia griega, Mascaras llega a ser una aguda reflexión sobre el travestismo no solo como la convergencia de tres posibilidades de mimetismo: metamorfosis, transformación e imitación, a través de las cuales se pretende violentar la naturaleza, sino también como una forma de persecución de una realidad infinita de origen divino, que puede alcanzar el artista de sí mismo, como se define al travesti.

  • Dulce compañía, Laura Restrepo. Barcelona, Ediciones B, 1997, 219 págs.

Que un ángel se aparezca en un barrio marginal de Bogotá es un hecho que nos sitúa de inmediato en la corriente del realismo mágico, donde se inscriben las novelas de García Márquez, pues el surgimiento de un elemento fantástico en el mundo de 1o cotidiano, al parecer, solo puede ser abordado desde las dos corrientes paradigmáticas a partir de las cuales se ha construido la narrativa hispanoamericana: el realismo mágico y la narrativa de lo fantástico (Cortázar, Bioy Casares, etc). Pero no es este el caso de Dulce compañía, una novela que se desvía de estos dos cauces para instalarnos en una realidad tan sugestiva como inesperada.

Fiel a una íntima necesidad de acercarnos a lo insólito sin incurrir en erróneas clasificaciones, la autora nos lleva por las zonas marginales de una ciudad cuyo caos, unido a una violencia difícil de nombrar por las mil caras que presenta, han hecho de esa «Atenas suramericana» la imagen del infierno. La protagonista, una periodista, harta de entrevistar a niñas frívolas en los reinados de belleza, debe trasladarse hasta el barrio de Galilea para realizar un reportaje sobre un acontecimiento extraordinario, la presencia de un ángel ante cuya belleza ella no puede hacer otra cosa que rendirse, sin ahondar en las razones, sin buscar relaciones de causa y efecto, porque, como ella misma sugiere: «Para que un hombre se entusiasme se necesita que pasen cosas, mientras que a una mujer le basta con que las cosas sean». Y es que la mirada de la protagonista fluye con las cosas y se funde con ellas sin temor a perder la consistencia de su ser.

La obra de Laura Restrepo (Bogotá, 1950) se ha caracterizado por esa sutil combinación de ficción, reportaje y novela en libros como Historia de una traición (1986) al que siguieron La isla de La pasión y El leopardo al sol. Dulce compañía orienta la mirada hacia el otro lado del espejo, ofreciéndonos la visión de un mundo cuya armonía se encuentra en la aceptación de lo insólito y en la supremacía de la vida sobre la violencia, sin insistir en la tragedia, reivindicando el humor y la ternura, buscando la reconciliación con el opuesto.

  • Discépolo, Sergio Pujol. Buenos Aires, Emece, 1997, 385 págs.

Esta biografía apasionante del autor de tangos Enrique Santos Discépolo (1901-1951) nos revela en todos sus detalles la transformación de un hombre privado en personaje público: la conversión del hijo de un músico napolitano en un filósofo del tango, que interpretó con agudeza la angustia y la euforia de un país en un momento determinado, jugando un controvertido papel político.

Pujol, historiador y ensayista (La Plata, 1959), ha investigado rigurosamente sobre diversos lugares de la memoria de su país, dedicándose a figuras como Valentino y Gardel, recogiendo un interesante material en trabajos como Gardel y La inmigración (1985), Las canciones del inmigrante (1989), Jazz al sur (1992), Como La cigarra. Biografía de Marta Elena Walsh (1993) y Valentino y Buenos Aires (1994), proponiéndonos de esta forma una historia amena de la llamada pequeña cultura.

Esta indagación sobre la vida de Discépolo se inicia en Nápoles, lugar de procedencia del padre, un profesor de música que convirtió su casa de Buenos Aires en un conservatorio y de quien heredará su sentido del ritmo. Del mismo modo, el autor ahonda en las relaciones de Enrique con su hermano mayor, Armando, que ejerció una gran influencia en su carrera, entrenando su mirada en los cafés donde una parte de la sociedad porteña dejaba sus nostalgias. Allí captó sus sonidos, sus colores, su temperatura, interpretando como ningún otro el ethos porteño. De este modo, Pujol nos muestra cómo en torno a este personaje se despliega un sinnúmero de pequeñas grandes historias: los sueños revolucionarios de principios de siglo, el mundo del teatro, el cine y la radio, en una época convulsionada y compleja.

  • El personalismo político hispanoamericano del siglo XIX. Criterios y proposiciones metodológicas para su estudio, Graciela Soriano de García Pelayo, Caracas, Monte Ávila Editores, 1996, 227 págs.

La historia política de las republicas hispanoamericanas se ha caracterizado desde sus inicios por la institucionalización de un personalismo político, entendido como el ejercicio del poder, desde un autoritarismo en el que la voluntad de las mayorías se coarta, impidiendo el desarrollo de una verdadera cultura de la democracia.

Este estudio indaga en las diferentes formas de aprehensión del fenómeno desde la primera mitad del siglo XIX, intentando una aproximación positivista, pasando por una perspectiva historiográfica y literaria que aborda autores como Valle Inclán, Asturias, Carpentier y Roa Bastos, entre otros. Asimismo la autora señala los procesos de apropiación de los modelos europeos y analiza fenómenos paradigmáticos como la transculturación desde donde se pueden entender complejas redes de relaciones entre dos culturas en contacto, la de los conquistadores y la de los sometidos.

Graciela Soriano, profesora de historia de la Universidad Central de Venezuela, ha publicado también Perspectivas y expectativas de la historia en la época actual, La praxis política del absolutismo en el Testamento Político de Richelieu y Venezuela 1810-1830: aspectos desatendidos de dos décadas. En este último trabajo no pretende de ningún modo hacer una historia de los personalismos políticos hispanoamericanos, sino plantear una serie de problemas y proponer unas líneas de trabajo que sin duda nos permiten un mayor acercamiento a los mismos.